Phantom Secure ofrece teléfonos seguros para
comunicaciones cifradas que, según el FBI, fueron usados por narcotraficantes.
Foto: Phantom Secure
Por: BBC
16
marzo 2018
El director ejecutivo de una empresa que creó teléfonos
ultraseguros presuntamente utilizados por algunos de los mayores criminales del
mundo ha sido detenido por El Buró de Investigaciones Federales de Estados
Unidos (FBI, por sus siglas en inglés).
El Departamento de Justicia arrestó la semana pasada a
Vincent Ramos Bellingham, Washington, junto a otras cuatro personas vinculadas
a Phantom Secure, una compañía con sede en Canadá.
Ramos, el fundador de la firma de telefonía, es el único
que, por ahora, permanece bajo custodia, según declaró el FBI en una nota de
prensa emitida este jueves.
La firma está en el punto de mira por haber ganado
“decenas de millones de dólares” vendiendo celulares BlackBerry modificados y
personalizados para el Cártel de Sinaloa, según los investigadores.
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parecen a las grandes multinacionales financieras
Esta es la primera vez que la agencia gubernamental
estadounidense acusa a una empresa de fabricar tecnología encriptada para el
uso de delincuentes.
El Cartel de Sinaloa es considerado como la organización
narcotraficante más antigua de México. Getty Images
Los cargos incluyen crimen organizado y conspiración para
ayudar a la venta de drogas. Ambos crímenes tienen una pena máxima de cadena
perpetua en el país norteamericano.
“Phantom Secure fue diseñada para facilitar el tráfico de
drogas en todo el mundo“, le dijo a la BBC el fiscal federal estadounidense
Adam Braverman.
“Estos traficantes, incluidos los miembros del Cartel de
Sinaloa, habrán usado esos dispositivos completamente cifrados para promover
sus actividades de tráfico de drogas y evitar así el escrutinio de la
aplicación de la ley”.
Sin
cámara ni internet
Las comunicaciones a través de los teléfonos de Phantom
Secure se gestionaban automáticamente a través de servidores en Panamá y Hong
Kong, de acuerdo con los documentos judiciales, haciendo que los datos fueran
más difíciles de rastrear.
Phantom Secure también eliminaba algunos elementos y
funcionalidades clave del teléfono, como el micrófono, el GPS, las cámaras
(frontal y trasera), el acceso a internet y las aplicaciones de mensajería.
También imposibilitaba las comunicaciones por voz y la
grabación de video. Después, instalaba un software PGP, el cual permite cifrar
cada uno de los datos.
De esa manera, el aparato servía únicamente para enviar
mensajes de texto, pero de manera cifrada y ultrasegura, más aun que una
BlackBerry convencional.
“Otras
organizaciones”
Ni BlackBerry ni Phantom Secure quisieron hacer
comentarios sobre este asunto cuando fueron preguntados por la BBC.
Los investigadores no explicaron si BlackBerry colaboró
con ellos para destapar el caso. Pero Braveman asegura que BlackBerry no es la
única compañía cuyos teléfonos modificados se usan para temas ilegales.
“Sabemos que hay unas cuantas organizaciones que se
dedican a eso. Continuaremos investigando no solo a Phantom Secure, sino
también a cualquier otra empresa de este tipo que preste dispositivos de
comunicación a organizaciones criminales”, le contó a la BBC.
El abogado añadió que aunque prácticamente cualquier
teléfono inteligente disponible en el mercado ofrece encriptación difícil de
quebrar —además de aplicaciones de Facebook, Google y Apple— Phantom Secure
debería ser considerada culpable por cómo la usan sus clientes.
“La diferencia es que esta empresa fue diseñada
específicamente para ayudar al tráfico internacional de drogas”, sostiene
Braveman.
“La única manera en que puedes obtener uno de esos
teléfonos es si otra persona te avala“.
El fiscal estadounidense se refiere a que para que uno
pueda hacerse cliente de esta empresa, otro usuario debe responder por él. Este
sistema, según las autoridades, sería una manera de intentar evitar que las
fuerzas policiales se apropien de los dispositivos.
Phantom Secure se define en su sitio web como “el
servicio de comunicaciones más confiable del mundo”.
Sus dispositivos se venden por suscripción y cuestan
entre US$2,000 y US$3,000 por unos seis meses de uso.
Los agentes estadounidenses calculan que hay unos 20,000
teléfonos modificados Phantom Secure en circulación en todo el mundo.
Las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley se han
sentido frustradas en repetidas ocasiones por cómo la tecnología encriptada
dificulta el acceso a las comunicaciones entre sospechosos.
En 2016, Apple se negó a proporcionar una herramienta
para permitirle al FBI desbloquear un teléfono que perteneció a Syed Rizwan
Farook, un hombre acusado del tiroteo masivo en San Bernardino, California, en
el que murieron 14 personas.
El gobierno de EE.UU. logra acceder al contenido del
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En un comunicado, un vocero del FBI reiteró la
preocupación de la agencia de que los delincuentes puedan “pasar
desapercibidos” y esconderse detrás de tecnologías sofisticadas.
“Cuando los criminales se refugian en la oscuridad y las
fuerzas del orden no pueden monitorear sus teléfonos o acceder a las pruebas,
los crímenes no pueden ser resueltos y eso puede resultar en vidas perdidas”.
En cambio, los activistas por la privacidad argumentan
que eliminar o simplemente debilitar el cifrado supondría un riesgo en cuanto
al robo de datos y la vigilancia, no solo para los delincuentes, sino para todo
el mundo.
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